viernes, 24 de diciembre de 2010

En el portal de Belén, hay un tío con coleta...

El que más ha triunfado repartiendo leña en los 90, y que al mismo tiempo, es al que menos gracia le ha hecho.
¿Raro, no? A mí, después de pegarle una somanta-palos a cuatro o cinco tíos, me entraría una euforia que ni el Risitas. Cunyaaaaoooo, ¡zasca!
Qué crack, por delante, por detrás, con la pierna p'arriba, agachado, a la pata coja... vamos, igualito que Nacho Vidal, al cabo de un rato no sabes si te duele o ya te va gustando, porque si no, ¿de qué iban a aguantar las ostias que te da el amigo, más de una vez seguida? Deben ser matones del Opus, devotos del "pon la otra mejilla"; yo, particularmente, al primer roce, me giraba de forma sutil y pillaba las de Villadiego, y que le vayan dando por culo a San Llevo-coleta-porque-soy-más-chulo-que-la-pata-un-pollo.

En estos días de armonía y paz (o viceversa), en los que la magia de la Navidad hace que olvidemos rencores con nuestro particular "matón", aquí os dejo un sermón en forma de caricias orientales performed by Steven, para los de espíritu facilón.