sábado, 23 de octubre de 2010

Y nos dieron las 10 y las 11, las 12 y la 1, y las 2 y las 3...

Desde las escuetas perlas musicales de los 60, donde un par de guiños de Paul, una brillante sonrisa del eterno John y diversos desmayos de adolescentes femeninas con desajuste hormonal (y quizás mental, abrimos otro futuro frente de debate) servían para rellenar los casi 3 minutos por canción de los de Liverpool, hasta aquí.
Como muchos otros sinsentidos de la rocambolesca (y ociosa) mente humana, en un faro londinense se reproduce una canción desde hace más de diez años, con la intención de hacerlo durante la friolera de ¡1000 años"!.
A modo de Ícaro sinfónico, es curiosa la pretensión de su creador al intentar tocar el Sol (el Re, el Fa, ...) y presentar como iguales al espíritu eterno de la música consigo misma.
Una cápsula del tiempo con forma de single infinito.
Chin pom.

LA CANCIÓN DE LOS MIL AÑOS.

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