sábado, 20 de noviembre de 2010

En la variedad está el gusto 2.0

A lomos de las tendencias... 2.0, ¿habéis visto? Siempre a la última, marcando estilo as usual.
Y es que, siguiendo el hilo del anterior post, no eres nadie sin un 2.0 en tu vida.

Atrás quedaron tu SEGUNDA novia (que, curiosamente, solía estar más buena que la primera pero menos que la siguiente... Belleza Interior, ¿quién se inventó eso, el dueño de IKEA?), tu SEGUNDO trabajo (que, curiosamente, seguía siendo una mierda igual que todos), tu SEGUNDO coche, tu SEGUNDA intervención de fimosis porque, en la primera, el cirujano se equivocó, extirpándote más pellejo de la cuenta el año que a tu madre los Reyes le regalaron ese bolso tan bonito y tan suave... cosas de lo más cotidiano.

Ahora, hay que usar el 2.0. El 2.0 lo está petando.

Por ejemplo, el Hormiguero 2.0 (2 son las entrañables hormigas de peluche y 0 la cantidad de pelo de Jandro, inversamente proporcional a la cantidad de patadas en la boca que le metería al puto calvo-no-hace-ni-puta-gracia de los cojones); creen que si le cambian el nombre al programa, la gente va a exclamar: "¡Vaya, 2.0, qué innovador!" o "¡Guau, cuan engañado me siento ante tal despliegue de fraudulencia caraduril, pero aún y así, que humilde y renovado se ha vuelto ese simpático presentador enano pelirrojo para deleitarnos cada día con nuevas e inesperadas sorpresas que me generan un bienestar y total satisfacción como espectador de la tele del futuro!".

Aplíquese dicho concepto a placer.

Resumiendo, el 2.0 te hace la vida más fácil, aunque la mayoría de veces se cumpla lo de "Segundas partes nunca fueron buenas". Para muestra, las peras de Yola Berrocal. ¿He dicho "peras"? Mil perdones, quería decir "jabulanis".

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